jueves, 7 de marzo de 2013

CACERES




Vagar por tus calles
y escuchar el impacto
del martillo en la piedra
es sentir como germina
la firme raíz
de una ciudad viva.

Cerrar los ojos
y apreciar
como el viento entona
melodías rotas
por el metal de las espadas
al pasar por tu piel pétrea.

Hacerte mía
en cada suspiro
que me provocas
cuando mi alma
es parte de la argamasa
que te sostiene.

Así te siento, Cáceres,
como un beso eterno
del cual ni la muerte
puede separarte.

Escribe mi mano trémula
mas nunca podrá mi poesía
llegar a la cima de tu lindeza.

1 comentario:

Marcos Callau dijo...

Precioso homenaje a la tierra. Me ha encantado. Enhorabuena. Abrazos.