EL MÁS TRISTE DE LOS SILENCIOS
Te
he visto mil veces
soñar
entre copas de niebla,
llamarme
entre la sombra
que
deja la tristeza de un rincón.
No
soy fiel al paso del olvido,
lo
sabes.
Por
saber, yo también sé
que
anclado en tus mejillas
mi
nombre morirá contigo.
Juro
que en el marco de mi alma
eres
la estampa que da sentido
a
este decrépito retrato.
Por
explicarte mí sin sentido
te
diré que es algo parecido
a
navegar un beso
en
el espíritu caído de un ángel.
Soledad
divina decimos algunos,
somos
los primeros que huimos
de
ella.
¿Será
porque solo con nosotros
se
entrega primero?
Debes
de saber que hoy
me
inspira tristeza el mirarte,
yo
sigo siendo mi calma,
tú
te has convertido en alguien.
Tu
mirada crea el esqueleto
que
forma la fragilidad
de
los confesionarios,
es
algo que admiro
y
a la vez me desconcierta.
Dentro
crece la verdad,
una
verdad semejante
al
hombre que se deshoja
a
la entrada de un entierro.
Debes
de saber que
lentamente
muere mi corazón
y
Cupido me viste de viudo.
No
quiero que me entiendas,
tardarás
tiempo en leer esto.
Me
despido, con cariño:
El más triste
de los silencios.
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