sábado, 4 de febrero de 2012

FRANCISCO CENAMOR




Francisco Cenamor (1965, Leganés, España). En 1999 Talasa Ediciones publica su primer libro, Amando nubes, lo que le posibilita viajar por toda España dando recitales. En 2003 sale su libro Ángeles sin cielo, editado por Ediciones Vitruvio, editorial que publica en 2007 su libro, Asamblea de palabras. En 2009, Ediciones Amargord publica su elaborado poemario En casa del aire. En breve (2011), la Editorial Luces de Gálibo publicará su poemario No somos nada. Nada somos. Incluido en antologías y revistas impresas y digitales, ha organizado numerosas actividades poéticas. Edita el blog literario Asamblea de palabras. Profesionalmente se dedica a impartir clases de interpretación y ha hecho pequeños papeles en películas y conocidas series de televisión.

ENTREVISTA:

1-¿De donde surge tu inspiración?

De la profundidad de lo cotidiano. Cada movimiento está incluido en una espiral que nos une al Universo, cada silencio es una inmensidad en la nada.

2-¿Qué te llevó a ser poeta?

La necesidad de mostrar lo que no se puede ver. Y eso solamente es posible con el valor de lo simbólico, las referencias, la sugestión, la imagen, la creación de escenarios imposibles... Y el lenguaje permite todo ello, casi siempre.

3-Describe la poesía en una frase o qué palabra describe mejor la poesía para tí

Un instante convertido en eternidad o la eternidad en un instante.

4-Háblanos sobre tus libros

El primero, Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999), refleja muy bien mi acercamiento a la poesía como necesidad de expresar lo inefable en lo cotidiano, y tan cotidiano puede ser el amor como la guerra; expresar, precisamente, el asombro ante la aparente contradicción que supone el que todas las guerras se hagan por amor. Los dos segundo, Ángeles sin cielo y Asamblea de palabras (ambos en Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003 y 2007), son una evolución, relacionada con la percepción de que el mero deseo, e intento, de expresar no era suficiente para que hubiese poesía, eran una intuición que me llevó a recorrer caminos que tal vez estuviesen equivocados. Estos tres primeros libros son dispersos y erráticos en su temática, aunque ya reconozco claramente mi voz en ellos y están penetrados por imágenes muy poderosas.

En Casa de aire (Amargord Ediciones, Madrid, 2009), aparece, por primera vez, una intención clara de controlar (si es que esto, al final, es posible) todo el proceso creativo y una identificación mayor entre lo que se desea mostrar y el lenguaje empleado, podemos decir que ese cuarto libro mío ya sí es poesía en todas sus partes. La temática de este libro está seleccionada y cuidada; partiendo de un sujeto poético en segunda persona del singular, veremos imágenes relacionadas con una mujer que habita las calles y su relación con esas calles, también lo que sucede en ellas, como si la vida fuese un teatro (algo muy recurrente en literatura); al final del libro, la vida se mete de lleno en el espacio del teatro: el escenario.

Por último, acaba de salir Nada somos (Editorial Luces de gálibo, Málaga, 2010), que es un juego, un juego en torno a la muerte, el juego tiene que ver con el uso del lenguaje y lo que se persigue con la manera de usarlo; aparecen aquí mis propias reflexiones en torno al hecho mismo de escribir poesía, con estilos bien diferenciados en cada parte del libro. ¿Por qué la muerte, tema tabú para la cultura occidental? Porque mi pretensión original era usar ésta como símbolo de la muerte del propio yo del poeta como sujeto del libro. Al final creo que el símbolo terminó imponiéndose a la realidad.

5-¿En qué estás trabajando en estos momentos?

Pues en estos momentos estoy leyendo mucho y aprendiendo, han sido demasiados libros en muy poco tiempo, ahora quiero dejar que se vaya posando en mí todo lo aprendido. Sé que llegará un momento en que decida dejar de leer y de aprender (momentáneamente), para desaprender y ponerme a escribir de nuevo aquello que sea realmente mío, entendiendo este mío como la pequeñísima expresión del todo al que pertenezco.

6-¿Quién o quienes son tus poetas favoritos, esos que te inspiran?

Hasta hora, mis poetas favoritos me inspiraron para escribir, sin duda. Espero que en el futuro dejen de hacerlo, porque, aunque algunos me fascinen, como el peruano César Vallejo, no quiero que vuelvan a aparecer colándose en mis libros, jajajajajajaja. En cuanto a nombres, el primero, y bien alto, sin duda, el mencionado Vallejo. Luego vienen una serie de poetas que me conmueven cuando les leo, no sé, San Juan de la Cruz, René Char, Marc Strand, Charles Simic, Antonio Gamoneda, María Victoria Atencia, Oliverio Girondo, Anna Ajmatova..., sin duda se me olvidan muchos. Y estos son los que permanecen porque en diferentes momentos de mi vida tuve poetas favoritos que hoy ni siquiera leería porque considero aproximativos a la poesía, buenos introductores, pero que aparecen flojitos cuando uno avanza en este mundillo y va aprendiendo y queriendo más: tal vez el más significativo de estos haya sido Mario Benedetti. Dentro de los poetas más jóvenes, pero que ya apuntan alto en la profundidad y calidad poética, tendría que mencionar a autores y autoras como Benito del Pliego, Pilar Fraile, Luis Luna o Cristián Gómez Olivares. Perdón por los olvidos, de los clásicos y de los actuales. En cualquier caso, en mi blog hay ya una colección de más de mil poemas que en algún momento de mi vida me han emocionado, fascinado o gustado. Muchos de ellos hoy no los seleccionaría, algunos incluso los leo y me parecen lamentables y tengo tentaciones de quitarlos... Pero sería injusto, todos ellos forman parte de me bagaje, de mi aprendizaje, de mis emociones de antes y de ahora, y que cada cual que se acerque al catálogo decida con cuales se queda.


Del libro Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999)

EL FIN DE LA HISTORIA

Ya no tiene sentido la normalidad, ha llegado el momento de los disturbios espirituales, de cortar la calle con macetas, plantar magnolios en las autopistas, arruinar el futuro sembrando esperanzas, poner comas entre sujeto y predicado, correr de espaldas palpando el presente, subir de dos en dos las escaleras, abrir de par en par las ventanas de los viejos aposentos modernos, vaciar las estanterías metálicas.

Acudir silbando a la biblioteca, enarbolar banderas transparentes que no nos amordacen los ojos, sorprendernos abrazados al paria, al que vino de lejos, a la prostituta, matar de risa al desamor, ir a la oficina de empleo cantando a Puccini, pagar la ópera con la cartilla del paro, recitar poesía desde el patíbulo, construir con firmeza en las nubes.

Cada noche, soñarse escondido en el jardín, ignorando elecciones generales,
tarjetas de crédito.


Del libro Asamblea de palabras (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2007)

CANSANCIO AJENO

Hay cada mañana una mujer María que se sienta al borde del abismo de su cama, mira hacia abajo antes de saltar, duda sin remedio de si irá al trabajo.

Hay cada tarde un hombre Manuel que se sienta cansado en un banco del gimnasio, mira su contorno que no cede, piensa en sacar mañana todo su dinero e irse.

Hay también cada mañana un joven Raúl que coge sus libros para ir al instituto, mira con ojos dormidos el desorden de su mesa, encuentra el cedé que le gustaría quedarse a escuchar.

Hay cada atardecer una abuela Cipriana que abandona con paso cansado el cementerio, mira con envidia la tumba del marido, siente que pronto se liberará de su pesado cuerpo.

No hay comentarios: